15de noviembre 2013
Surrealistas
antes del surrealismo
Fundación
Juan March
Esta exposición, abarca
desde mediados del sigloXV hasta el año 1945. Con una gran selección de
estampas, dibujos, fotografías etc., esta muestra está inspirada en otra que en
1936 y bajo el título Fantastic Art, Dada, Surrealism que organizó Alfred H.
Barr en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
En ella podemos ver
obras de Martin Schongauer, Alberto Durero, Hendrick Goltziuz, algunas estampas
alemanas de autores no conocidos pero de incalculable belleza, de Goya, Paul
Klee, Dalí, Picasso, Man ray, Hanna Hoch y un largo etc... Hasta casi
doscientas obras separadas en once secciones que nos van llevando por toda la
exposición.
El espacio que han
creado para esta exposición también es digno de mención ya que las imágenes en
movimiento que se proyectan en el suelo y las hamacas colgadas en el techo a
modo de tela de araña hacen que el ambiente nos lleve hacia un mundo de
fantasía muy propicio para este tipo de exposición donde los surrealistas nos cuentan
un mundo lleno de iconografía, muchas de las veces a través de los sueños.
En esta muestra, se
plantean un interrogante, ¿qué conexión existe entre un artista de mediados del
siglo XV como Durero, Lucas Cranach el viejo o Hans Leu el joven con otro del
siglo XX como Man ray, Picasso o Salvador Dalí? Y yo me voy a atrever a dar mi
punto de vista. En cualquier momento de la historia del arte que conocemos,
algunos artistas han echado mano de la imaginación para crear sus obras, de
igual manera que lo hicieron más tarde los surrealistas, lo que diferencia
quizá a unos de otros es que los primeros no se planteaban cuestiones
intelectuales y del subconsciente a través de declaraciones publicaciones y
manifiestos que también forman parte de las obras de los surrealistas, sino que lo hacían de forma instintiva,
dependiendo de la época, queriendo dar una imagen del cielo, del infierno y en
general de temas relacionados con la iglesia, como sabemos estos temas relacionados
con la religión también son abstractos, no se pueden ver, no se pueden tocar
pero están ahí, así que para representarlos había que echar otra vez mano de la
imaginación y lo que no cabe duda es que lo hicieron muy bien.
Uno de mis artistas
predilectos en este tipo de representación y que siempre he sentido gran
admiración por él, es Brueghel el viejo, desde niña cuando veía alguna copia de
sus grabados me llevaban a un mundo fantástico y poder admirarlo de forma
directa fue para mí un verdadero placer, aunque disfruté por supuesto de grandes
obras de arte como los grabados de Picasso o los de Goya pero estos ya había
tenido el placer de verlos en otro momento. También hubo algunos artistas que
no conocía y que fueron un gran descubrimiento para mí, como el caso Wendell
Detterlin el joven y sus figuras fantásticas.
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